Carl Jung

La teoría de la psicología analítica

La teoría de Jung es esperanzada: el hombre está gradualmente emergiendo a través de las épocas para convertirse en un ser humano mejor y más civilizado, que opera dentro de cada vez mejores
marcos de referencia. Su teoría también da aliento a los años intermedios y últimos de la vida, una actitud que va en contra de la moderna proclividad de hacer hincapié en la psicología infantil. 
Aunque Jung fue originalmente atraído por Freud y su trabajo, rompió con él en 1914. La teoría freudiana se inclina a darle importancia a la terrible e inexplicable polaridad de la vida; Jung trató el aspecto positivo de la existencia del hombre.

Pensó que su trabajo no era teórico sino que estaba basado en hechos observables e identificables que son evidentes para todos aquellos que se toma en el tiempo de descubrirlos en el mundo actual, y en lo que conocemos del mundo de ayer. 



Introversión y extroversión

Jung desarrolló una tipología de la personalidad que se ha vuelto tan popular que mucha gente cree que él no hizo nada más. Esta empieza con la diferencia entre introversión y extroversión. Las personas introvertidas prefieren su mundo interno de pensamientos, sentimientos, fantasías, sueños y demás, mientras que las extrovertidas prefieren el mundo externo de las cosas, las actividades y las personas.                                                        

Las funciones
 
Aún cuando seamos introvertidos o extrovertidos, está claro que necesitamos lidiar con el mundo, tanto interno como externo. Y cada uno de nosotros posee
su propia manera de hacerlo, de manera más o menos cómoda y útil. Jung sugiere que existen cuatro maneras o funciones de hacerlo:

La primera es la de las sensaciones, que como indica la propia palabra supone la acción de obtener información a través de los significados de los sentidos.

Una persona sensible es aquella que dirige su atención a observar y escuchar, y por tanto, a conocer el mundo. Jung consideraba a esta función como una de las irracionales, o lo que es lo mismo, que comprende más a las percepciones que al juicio de la información.

La segunda es la del pensamiento. Pensar supone evaluar la información o las ideas de forma racional y lógica. Jung llamó a esta función como racional, o la toma de decisiones en base a juicios, en vez de una simple consideración de la infomación.

 La tercera es la intuición. Este es un modelo de percepción que funciona fuera de los procesos conscientes típicos. Es irracional o perceptiva como la sensación, pero surge de una bastante más compleja integración de grandes cantidades de información, más que una simple visión o escucha. Jung decía que era como “ver alrededor de las esquinas”.

La cuarta es el sentimiento. Es el acto de sentir, como el de pensar. Es una cuestión de evaluación de la información. En este caso está dirigida a la consideración de la respuesta emocional en general. Jung le llamó racional; evidentemente no de la manera en que estamos acostumbrados a usar el término.

Todos nosotros poseemos estas funciones. Diríamos que simplemente la usamos en diferentes proporciones. Cada uno de nosotros tiene una función superior que preferimos y que está más desarrollada.; otra secundaria, de la cual somos conscientes de su existencia y la usamos solo para apoyar a la primera.

También tenemos una terciaria, la cual está muy poco desarrollada y no es muy consciente para nosotros y finalmente una inferior, la cual está muy pobremente desarrollada y es tan inconsciente que podríamos negar su existencia en nosotros.
Psiquetipos 
 de  Jung
Las actitudes fundamentales (introversión y extroversión) pueden ser combinadas con las cuatro funciones (pensamiento, sentimiento, sensación e intuición) de ocho maneras diferentes, constituyendo ocho psiquetipos.

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Fuente: Cloninger, Susan C., Teorías de la personalidad, p. 91.
El inconsciente colectivo (ARQUETIPOS)

Comprende los recuerdos y los patrones de conducta que se heredan de generaciones pasadas y que, por ende, son compartidos por todos los seres humanos. 



Jung sentía que ciertos arquetipos específicos desempeñan papeles especiales en el moldeamiento de la personalidad. La persona (un arquetipo cuyo significado surge del término latino para “máscara”) es el elemento de nuestra personalidad que proyectamos ante los demás, un caparazón que se forma alrededor de nuestro yo interno.

Para algunas personas, el yo público predomina tanto que pierden contacto con sus sentimientos internos, lo que conduce a desajustes de la personalidad.

Otros dos arquetipos importantes son el ánima y el ánimus. Jung consideraba que los hombres y las mujeres tienen aspectos de ambos sexos en su personalidad. El ánima es el arquetipo femenino tal como se expresa en un hombre; el ánimus es el arquetipo masculino tal como se expresa en la personalidad femenina. De esta forma, Jung consideraba que la conducta agresiva en las mujeres y la calidez en los hombres eran manifestaciones del ánimus y del ánima respectivamente.


Jung, los arquetipos y los tipos de personalidad


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